Una de las experiencias más lindas que podemos vivir como esposas de futbolistas es estar sentadas en la tribuna de un estadio junto a nuestros hijos y alentar a nuestros esposos.El orgullo y la sensación de felicidad es incomparable, verlos en la cancha dejando todo para lograr un buen resultado, es una de las cosas que más respeto de su profesión.
No siempre se logra ganar pero no cabe duda que un futbolista pone mente y corazón en cada partido. Desde un día antes concentran y realizan charlas técnicas para definir las tácticas de cara al partido.
Pero, ¿Qué pasa cuando no se obtiene el resultado? Hemos pasado situaciones difíciles, pues es un golpe anímico para ellos no obtener el resultado deseado o no haber rendido lo que esperaban.
Aunque suene repetitivo en las entrevistas, tiene mucho de verdad la frase, “Hay partidos buenos y malos” no siempre se obtiene lo que se quiere, hay miles de cosas y situaciones que influyen en el rendimiento de un futbolista, no sólo es un trabajo físico sino abarca también otros aspectos.
La familia, es parte fundamental como apoyo, pues somos los que esperamos en casa luego de un partido ganado o perdido, contenemos sus emociones, sus alegrías, tristezas y fastidios. Quizás somos una suerte de psicólogos motivacionales hasta también la medicina que los puede levantar, hacer sentir mejor y seguir adelante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario