La
idea de ser madre siempre fue importante para mí, lo quise, lo pensé, lo soñé;
el día que nos enteramos que Rafaella venía en camino fue una mezcla de sentimientos,
alegría, emoción, tristeza, angustia, una licuadora de alto voltaje; con 21
años, a puertas de terminar mi carrera luego de 5 años y aunque tenía a mi lado
al papá de Rafi, éramos enamorados súper jóvenes, con miedo a lo que se venía
pero muy maduros para afrontar la paternidad.
Los
abuelos futboleros casi se caen de espaldas, yo soy la menor, la hija mujer, la
que no sabía ni cocinar, imagínense lo que me costó. Papá futbolero y yo decidimos mudarnos juntos
luego de algunos años de enamorados y con la bebé en barriga, conociéndonos
profundamente en la convivencia de pareja.
Seguí
yendo a la universidad, tuve algunos problemas y mi doctora me mandó reposo
absoluto por un tiempo, ya me faltaba tan poco para graduarme, no dejé de ir ni
un solo día (NO LE DIGAN A MI DOCTORA), claro tuve muchísimo cuidado, recuerdo
que un amigo me recogía con su carro en la puerta de mi casa, estaba tan
preocupado, me dejaba en mi salón bien sentada. ¡GRACIAS
CHINO!
El
día de mi graduación parecía un muñeco de nieve, hinchada por todos lados y es
que había subido 22k, me probé zapatos hasta de talla 41, misma Michael Jordan,
así que yo tan relajada como siempre, subí al escenario para recoger mi título
en CROCS.
Al
día siguiente sentía unos mareos súper extraños y fui rápidamente al Doc., a mis
36 semanas me detectaron PREECLAMPSIA, me intervinieron de
emergencia; mi pequeña nació un 3 de Diciembre del 2013 a las 8:06 pm. Mi
primera bendición tuvo algunas complicaciones que más adelante les contaré una travesía que pasamos como papás primerizos y el miedo de perder a nuestra
pequeña.
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